"Crónica de un amor" Parte 11
Capítulo 11
“El cielo
que no puedo tocar”
Jueves 20
Junio 2019
Me siento tranquila, después de tres meses sin
verte por fin volveré a verte. Ha sido una semana pesada pero espero con ansias
el día viernes.
La semana se me complicó y podría jurar que el
destino está en mi contra. ¡Si supieras todos los sacrificios que hago para
verte! y es tan triste que no pueda verte de cerca y más triste aún no poderte
abrazar, ni tocar. Eres como el cielo que no puedo tocar. Siento tanta
impotencia, tendré que conformarme con verte de lejos como siempre, pero bueno
algo es algo.
Después de un día de estrés, me siento
inspirada para editar algunas fotos, así transcurren un par de horas en las que
el cansancio me gana y prefiero irme a dormir pero para colmo se me va el sueño
y por más que trato no logro dormir. No
sé porque siempre me pongo así ¡Me odio a mí misma! Me robas la paz y la
tranquilidad. Siempre lo he dicho; sólo tú tienes esa capacidad de cambiar mi
estado de ánimo y de jugar con mis emociones.
Viernes 21 Junio 2019
Comienza mi día, espero que todo fluya de
manera positiva ya que siempre por alguna razón todo se complica. Me siento
atareada con tantas cosas por hacer, pero me consuela la esperanza de ver esos
ojitos color café. Todo sea por verte.
Por fin estoy lista, después de tantas
complicaciones, es hora de irnos. En el camino noto que mi celular está
fallando, no tengo señal y ahora cómo se supone que me voy a comunicar con mi
taxista de cabecera sólo esas cosas me pasan a mí. ¿Cuándo será el día que
venga a verte y no me pasen cosas tan extrañas?
El clima está fresco, y la Zaragoza no va tan
pesada y eso que es hora pico, el trayecto me parece corto, y llegamos a
Aeropuerto, quedé de verme con mi mejor amigo y cómplice de aventuras.
Seguramente ya me debe de estar esperando y sin dame cuenta se me hizo tarde. Y
no me equivoqué ahí estaba esperando el pobre. A seguir nuestro camino, el
destino; la espectacular “Arena México”, ya quiero llegar. Espero tener suerte.
Llegamos al fin, y mi corazón comienza a traicionarme. Mirando
esa Arena que se ha convertido en un lugar especial, buscándote entre la gente
pero como siempre no obtengo respuesta. Debería de estar acostumbrada pero aún
tengo esperanzas, no pierdo la fe.
Entramos al estacionamiento de la Arena, nos
sentamos en la banca de siempre y comienza el cotorreo al menos eso hace que me
olvide de ti por unos minutos. Salimos a tomar algo y a comprar los boletos ya
es hora de entrar, a ver qué pasa. Después de los protocolos de siempre me
reencuentro con las escaleras, se me había olvidado el martirio que se siente
al subirlas, mis piernas se acalambran de nuevo, ya las extrañaba.
Nos toca cambiar de lugar porque en donde
siempre nos sentamos estaba ocupado, ¡chin… no podré conectar mi cargador! Nos
tocó un poco más a la izquierda pero bueno al menos la vista es buena y está
cerca de la entrada así que podré verte salir a luchar.
Los minutos pasan y todavía no comienza el
espectáculo, me siento nerviosa. Estamos bajo el mismo techo, bajo el mismo
cielo, pero tan lejanos, ¿dónde andarás? Como quisiera tener contacto contigo
de nuevo quizás todo sería diferente; podría verte más seguido y de cerca, tal
vez abrazarte y decirte lo mucho que te quiero pero el destino y un par de
víboras que nos separaron a base de mentiras, lo arruinaron todo. Siento como si
mi vida fuera una telenovela, que coraje me da que gente tan nefasta se salga
con la suya. Te perdí y ahora no sé cómo recuperarte, siendo inocente me declaraste
culpable.
Al fin comienza la acción y la primer lucha es
bastante buena, se desarrolla en un gran ambiente y la gente se prende llena de
emoción, hay llaveo y contra llaveo, acompañados de unos lances espectaculares,
me siento como pez en el agua. La segunda, y tercera lucha se llevan a cabo con
la misma espectacularidad de la primera, es apasionante ver como lo dan todo en
cada caída y uno como aficionado lo agradece. Tal vez en algún futuro no muy
lejano me decida a entrenar, ¡sería fantástico! La cuarta lucha de sólo unos
minutos me da hueva, ojalá termine pronto porque después sigue la mejor de
todas “El Cl4n” ya quiero verte mi Profeta Querido…
Hasta que por fin termina, y se apagan las
luces para dar continuidad a la quinta lucha y la más importante de todas al
menos para mí. Suena la música y aparecen los laguneros, estos hacen su
presentación y la gente se pone eufórica. Después aparece Gibert “El boricua”
mejor conocido como Ricky Banderas “El mesías”. Al final suena la música de cibernético,
comienzo a mover la lona en señal de apoyo, a ver si me ven, espero tener
suerte. De pronto aparece el centro de mi universo, mi todo de la nada. Acompañado
de cibernético haces tú aparición con ese porte y esa sonrisa que me enamora,
yo suplicante busco tu mirada. Mencionan tu nombre, miras hacia arriba acompañado de tu palo de
kendo, te paras en la tercera cuerda del
lado derecho alzas las manos y tu kendo, comienzas a pelear con la afición, seguramente
son los fans o porra de los laguneros, por más que te hago señas no me tomas en cuenta, espero tener un poco
más de suerte.
Comienza la acción y te noto concentrado en lo tuyo, ganan la
primera caída y vuelves a subirte a la tercera cuerda en el mismo lugar de hace
rato, “Mírame por favor” pero por más que trato no logro captar tu atención, tampoco
tengo suerte. Sufro con cada golpe que te dan y disfruto como siempre de cada
una de tus maldades en el ring pero esta vez la segunda caída la ganan los
laguneros, te quedas abajo del ring concentrado, pero te noto serio, como
enojado, con esa mirada llena de soberbia y frialdad, tus ojitos no brillan.
Quisiera saber que pasa por tu cabeza, por tus pensamientos, ¿será que no me has visto? O quizá me viste pero me estas
ignorando, fingiendo como siempre que no existo. No sé qué pensar pero no pierdo
la fe. Me duele verte desde un balcón, sin poder hablarte, sin poder tocarte….
Eres el cielo que jamás podré tocar y no sabes cómo duele.
Quiera abrazarte y nunca soltarte…
Anuncian la tercera y última caída, tan rápido
paso el tiempo. Quedan un par de minutos y por más que te busco no te encuentro. Me pierdo en ti, contemplándote y disfrutando
de los últimos minutos que me quedan para verte, porque después no sé qué pase,
no sé cuándo vuelva verte. Hoy no fue mi día, no pude cruzarme con tu mirada,
con esos ojitos color café que me hacen tan feliz con tan sólo verme. Termina
la lucha y regresas a camerinos y yo me quedo con tantas dudas en mi cabeza sin
ese cielo tan difícil de tocar. Con sólo una mirada tuya logró alcanzar ese
cielo pero esta vez no tuve suerte.
Continúa el espectáculo, y se vuelven a apagar
las luces para dar continuidad a la última lucha de la noche, y esta me parece
tan aburrida, trato de ponerle atención pero mi mente y mis pensamientos
divagan, tengo muchos sentimientos encontrados; y tantas dudas. Aún recuerdo la
última vez que te vi, todo fue tan distinto…
Esta lucha es tan lenta y tan tardada, mientras
tanto desamarro la lona, y la guardo porque ya no tengo ánimos de nada, me
siento tan triste y tan enojada. Como quisiera olvidarte y te juro que lo he
intentado pero siempre de alguna manera
termino regresando a ti. No entiendo porque el destino se empeña en jugar
conmigo. Trato de comprenderte pero tus constantes cambios de humor y de ánimo
me ponen muy mal, siento como si tuvieras miedo; miedo de expresar tus
sentimientos, si me odias o si te caigo mal dímelo, si no quieres volver a verme
sólo dilo pero no juegues conmigo porque no sabes cómo dueles.
Escondes tus sentimientos tan bien, con esa máscara
de frialdad, queriendo convencer al mundo de esa imagen dura, pero a mí nunca
me podrás engañar. Sé que detrás de esa máscara se esconde un ser sensible con
el corazón herido que necesita amor y comprensión. Me consuela saber que detrás
de esa máscara siempre terminas mirándome sin pronunciar palabra alguna, podrás
ignorarme, pero esos ojitos color café me gritan en silencio que no me rinda y
aunque me ignores seguiré amando cada uno de tus demonios.
Por fin termina el espectáculo y es hora de
irnos, trato de fingir, que todo está bien y con todo y sonrisa fingida salgo
de la arena, con la cabeza y el corazón en otro lado. Sin duda alguna hoy no fue mi noche, pero no pierdo la fe. No sé cuándo
vuelva a verte pero espero tener suerte la próxima vez. Lo que si me queda
claro es que tengo que vencer el miedo, y acercarme a ti.
Salimos de la arena y me enfoco en buscar el
taxi, no lo veo por ningún lado. Caminando por los alrededores de la arena, mi
mente me traiciona y pienso en ti, y en este día tan complicado, pero aún con
esperanzas. Después de batallar buscando el taxi, al fin lo encuentro ya nos
estaba esperando, así que nos subimos al taxi y le damos un aventón a mi amigo.
En el trayecto el tiempo se me pasa volando, platicando muy amenamente con el
señor que siempre va por nosotras a la arena, pero mis pensamientos divagan de
nuevo…
Deseo volver a verte y en la primera
oportunidad acercarme a ti, no tengo nada que perder, la moneda está en el
aire. Te confieso que tengo miedo pero ya no puedo más, no puedo permitir que
esas víboras se salgan con la suya. Quiero recuperarte mi Profeta Querido.
Llegamos a casa, me despido del taxista. El
ambiente se siente tranquilo, y nublado, una leve brisa me toca la cara, está
empezando a llover. Es como si esas gotas de lluvia supieran de mi tristeza. Es
hora de fingir que todo está bien y continuar.
CONTINUARA…
Comentarios
Publicar un comentario