"CRÓNICA DE UN AMOR" PARTE 13

 

"CRÓNICA DE UN AMOR" PARTE 13

Capítulo 13

“Volverte a ver…”

Han pasado diez años desde la primera vez que te vi, las mariposas en mi interior siguen revoloteando con la misma intensidad que la vez primera. Después de mucho tiempo de no pisar ese recinto, vuelvo a ese lugar donde nuestras miradas se cruzaron por primera vez. No sé qué pueda pasar, no espero nada, o tal vez muy en el fondo de mi alma deseo volver a ver esos ojos color café…

Días anteriores a la función:

Hace un mes que supe que volvería a verlo, desde ese instante mi alma se encuentra inquieta y un revoloteo de emociones y sentimientos encontrados se apoderan de mí, haciéndome su víctima de nuevo. A pesar de tanto tiempo, la añoranza sigue siendo mi fiel compañera y el silencio mi cárcel. Anhelando lo que no se tiene y con la fe de volver a mirarlo otra vez.

Aún recuerdo el día que lo vi por primera vez, incluso siento los mismos nervios de ese día. No sé qué pueda pasar, en días anteriores he tenido días complicados, tanto que fue prácticamente una odisea poder conseguir los boletos. Pareciera que el universo está en mi contra, es como si nadara contra corriente sin rumbo fijo. Cuando creo encontrar la salida, siempre ocurre algo que dificulta el camino.

Luego de tanto batallar y de darle varias vueltas al recinto donde será la función, por fin pude conseguir los boletos anhelados. Parece que las cosas empiezan a caminar de forma positiva y a tomar su rumbo. Sólo espero no tener más contratiempos y complicaciones. Vaya que él tiene la capacidad de moverme las emociones y la vida misma, las cuales son un caos cuando se trata de él.

Viernes 05 de enero de 2024

El día transcurre con normalidad, se acerca el fin de semana y por supuesto el día de reyes. Sigo mi rutina con total normalidad, intento estar en paz, pero por más que trato me resulta imposible. En mi mente su imagen se hace presente y no logro concentrarme en mis actividades, aun así, no pierdo las ganas y el ánimo. En mi vida todo ha sido complicado, pero a pesar de siempre nadar contra corriente logro salir a flote. Así que continúo con mi vida normal, pero con los nervios de punta y pensando en la última vez que lo vi, tan sólo al recordarlo un par de suspiros y una sonrisa iluminan mi rostro. Estoy nerviosa, emocionada y a la vez ansiosa de verlo. No sé si correré con la misma suerte de la vez pasada, pero pase lo que pase sólo quiero verlo otra vez.

Son exactamente las 2:33 de la mañana y el sueño se me va, hace tiempo que esto no me pasaba, pareciera que mi mente inquieta se empeña en recordarme que en un par de horas volveré a mirar esos ojos color café. Intento dormir con dificultad a pesar del cansancio que tengo…

Sábado 06 de enero de 2024

Al fin amanece y el gran día llegó. Comienza la rutina del día, pero a pesar del caos que traía en días pasados me siento en paz y los nervios se fueron ¡Espero que sea un buen augurio!

Las 11:00 am y tengo una llamada pérdida del taxista que me llevará. ¡Lo que me faltaba! Estas cosas sólo me pasan a mí. El motivo de la llamada: “El coche se descompuso”. ¿Y ahora qué se supone que debo hacer?

En resumen, el taxista queda en avisarme si el coche quedó arreglado o no. El tiempo de espera es hasta las 2:00 pm, sólo espero que el coche quede listo y no tener más contratiempos. El plazo se cumple y nuevamente recibo una llamada de éste diciéndome que todo salió bien y que llegará a tiempo. ¡Al fin una buena noticia!

El tiempo se pasa volando, pero estoy lista a tiempo. El coche llega y arranca con rumbo al famosísimo Gimnasio Olímpico “Juan de la Barrera”, trato de estar en paz, perdiendo el tiempo entre pláticas y risas con mis acompañantes y el señor que nos lleva. El tráfico es un caos en la ciudad, la Zaragoza siempre está hasta el tope. Sin embargo, a pesar del tráfico logramos llegar a buena hora. Pierdo el tiempo entre la fila para entrar al recinto, platicando con otros aficionados.

Son las 06:00 pm y por fin, las puertas se abren para posteriormente, volvernos a formar en otra fila. Lo bueno de esto, es que cada vez falta menos para verlo. Luego de un par de minutos logramos tener acceso y tomar nuestros lugares. Busco el mejor lugar, y cuelgo la lona que con tanto amor diseñé para ti; sólo espero que la veas.

La función comienza a las 8:16 pm, y la emoción se hace presente en cada uno de los aficionados que nos encontrábamos en aquel recinto, reviviendo las glorias y las mejores épocas de esta arte llamada “Lucha Libre”. Mientras el evento transcurre, la adrenalina se hace presente en todos los asistentes, entre gritos y algarabía. El tiempo se acorta y sólo es cuestión de una lucha más para que hagas tu aparición. La lucha previa a la tuya se me hace una eternidad, rogando porque ésta termine lo más rápido posible. Al fin termina y los nervios se hacen presentes. Comienzan a hacer su aparición, los hermanos Dinamita Forastero y Sansón, para posteriormente salir Negro Casas y Súper Calo.

Luego de la entrada de este último, esa dulce música comienza a sonar y con ella, la emoción dentro de mi al ver que haces tú aparición en medio de luces y gritos. No sé si veas la lona, donde me encuentro está un poco obscuro, pero ruego porque me veas y porque el milagro ocurra de nuevo.

Caminas alrededor del cuadrilátero, haciendo una breve parada para saludar a Marisela Peña, el fotógrafo toma la foto del momento y continúas tu marcha. Cuando por fin llegas hacia el lado donde yo me encontraba, volteas la mirada hacia arriba y entonces el mundo se detiene…

Te quedas parado mientras observas la lona, al mismo tiempo que esos ojitos color café me vuelven a mirar. Nada existe, el tiempo se detiene y me pierdo en esos ojos que me hechizan, levantas el brazo, para hacer posteriormente una señal de reverencia al mismo tiempo que me sonríes. Pareciera como si te diera gusto volverme a ver. Aunque el tiempo fue breve para mi fueron los tres segundos más bellos de la noche.

Estamos a pocos metros de distancia, los dos sonreímos como un par de niños, nuestros ojos brillan y reflejan emoción. Por tu reacción supe que te dio gusto verme. El tiempo se volvió a congelar, nadie existía, sólo tú y yo. Estaba frente a mi ángel, mirándolo otra vez después de tanto tiempo. Te confieso que te he extrañado tanto “Mi Profeta Querido” …

Valió la pena el esfuerzo y las trabas que se me presentaron. Todo valió la pena porque nuestras miradas se volvieron a cruzar, así como lo hicieron por vez primera hace diez años atrás. Me regalaste una sonrisa y tus ojos brillaban de una manera especial, quiero suponer que yo puse la misma cara que tú al verte. No entiendo al destino, tampoco entiendo todo lo que paso entre nosotros (me refiero a esa historia de terror, donde terminaste condenándome sin darme derecho a defenderme). Todo se me olvidó, para mí solo existías tú y esos hermosos ojos color café. Me quede muda y sin poder gritar, apreciando al ser más bello que han visto mis ojos.

Comienza la acción y te vuelvo a ver enfocado en lo tuyo, animado y esforzándote por dar una buena lucha. Sin embargo, siempre perdías el rumbo, así como yo lo pierdo cuando se trata de ti. Parecen lentos y hasta un poco torpes tus movimientos, no quiero ilusionarme de más y pensar que fue porque yo te desconcentré. Aun así, grito como loca, en señal de apoyo al mismo tiempo que con gran emoción comienzo a grabar, si supieras que las piernas y las manos me temblaban.  

La lucha termina tan rápido, me hubiera gustado que tardara un poco más y así, seguir apreciándote, admirándote. Pareces una obra de arte, y yo me siento como una simple mortal que sólo se conforma con apreciar tanta belleza.

Desapareces entre algarabía y emoción, y yo me quedo con un mar de sentimientos encontrados y las mariposas revoloteando en mi interior. Comienza la última lucha y yo me quedo pensando en aquel momento, preguntándome qué habrá pasado por tu cabeza, qué habrás sentido…

Por un momento regreso a mi realidad, una realidad que pesa, que duele a pesar del tiempo. Me sigo sintiendo impotente al no poder acercarme a ti, por temor a tu rechazo. Nunca supe de qué se me acusó, ni quienes fueron. Lo único que supe es que mi verdugo es mi perdición, mi tormenta y mi calma.

El espectáculo termina y con una sonrisa de oreja a oreja abandono el recinto con la esperanza de volver a mirar esos ojos color café…

El taxi pasa por nosotros, y entonces vuelvo a mi realidad.

CONTINUARÁ…

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